-Mamá quiero ir al psicólogo. - le dije.
-Ay, no digas boludeces, no necesitas ir al psicólogo - me contestó.
Sentí que me moría. Porque cuando tenes doce años y sos caprichosa y consentida, si tu mamá no hace las cosas por vos, entonces se vuelven imposibles de conseguir.
-Ay, no digas boludeces, no necesitas ir al psicólogo - me contestó.
Sentí que me moría. Porque cuando tenes doce años y sos caprichosa y consentida, si tu mamá no hace las cosas por vos, entonces se vuelven imposibles de conseguir.

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